Un aspecto del comportamiento humano, objeto de apasionadas disputas entre los etólogos y los psicólogos conductistas, es el de la posible existencia en el hombre de mecanismos instintivos programados por los genes, semejantes a los descritos para los animales. Según los etólogos, tampoco el hombre suele reaccionar pasivamente a los estímulos del ambiente, sino que en cada uno de sus estados de ánimo busca activamente actuaciones estimulantes particulares, que le permitan dar salida a determinadas pautas de comportamiento.
Teorías sobre la agresividad en el hombre
Uno de los posibles mecanismos instintivos que ha desencadenado más polémicas debido a sus implicaciones sociales y políticas, es el de la agresividad. Además de la teoría instintivista, otras dos teorías tratan de explicar el fenómeno de la agresividad en el hombre: la teoría ambientalista y la teoría de la frustración.
¿Es la agresividad aprendida?
La teoría ambientalista parte del supuesto de que la agresividad es aprendida. Por un lado, en las disputas por algún recurso los actos agresivos suelen verse recompensados por la obtención del mismo, por tanto, tales actos se aprenderán fácilmente al ser reforzados ya desde la infancia. Por otro lado, el ambiente social favorece mucho el aprendizaje de actos agresivos por imitación.
La teoría de la frustración
La teoría de la frustración supone que la agresividad de un individuo se desencadena cuando se le impide el acceso a un objeto deseado o la descarga de un impulso, como por ejemplo el sexual.
La observación y la experiencia
Todos estos puntos de vista se basan en observaciones y experiencias rigurosamente controladas, de modo que probablemente todas lleven su parte de razón. Y evidentemente, la existencia de mecanismos instintivos para la agresividad no impide en absoluto la existencia de sistemas de aprendizaje acoplados con dichos mecanismos, o la existencia de vías nerviosas que permiten descargar los impulsos a través de ellas si son bloqueadas otras salidas. Como ocurre en tantos otros campos del comportamiento humano, solo la obtención de nuevos datos permitirá perfilar una teoría de síntesis más concreta y explicativa sobre la agresividad.
Fuente: El comportamiento animal, escrito por Eduardo Cruells