Cada vez es mayor. Nos referimos al nivel de contaminación. En muchas ciudades el ambiente es irrespirable debido a que no se toman medidas que frenen la combinación de sustancias nocivas con el aire que respiramos.
Según un reciente estudio, publicado en Environmental Health Perspectives, la contaminación del aire puede estar altamente relacionada con la producción de trastornos psicológicos en los niños. Ello provoca estados de ansiedad y depresión.
El estudio se ha llevado a cabo por investigadores de la Universidad y del Hospital Infantil de Cincinatti, en Estados Unidos. Se desenvolvió durante los últimos cinco años y su conclusión ha sido clara: la exposición a una alta contaminación trae consigo las visitas a los centros de urgencias de psiquiatría infantil.
Se comprobó que en la zonas en las que vivían los niños afectados había partículas en suspensión en el aire de pequeño tamaño, de menos de 2,5 micras. Estas partículas provocan irritaciones en el sistema respiratorio. Además pueden alojarse en los pulmones y en el torrente sanguíneo. Si la exposición dura un largo periodo de tiempo puede traer consigo cáncer y ataques cardíacos.
Descubierto en el estudio
En las zonas más pobres el impacto de la contaminación es mayor. Cuando se llegaba al nivel más alto de contaminación, el de partículas de 2,5 micras, o se superaba, el número de visitas a los centros médicos alcanzaba altas cotas. Los pensamientos suicidas alimentaban a los pequeños. Muchos de ellos sufrían ataques de esquizofrenia.
Patrick Ryan, uno de los autores de la investigación, dijo lo siguiente: «Colectivamente, estos estudios contribuyen a evidenciar que la exposición a la contaminación del aire durante la más temprana edad y la infancia puede contribuir a la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental en la adolescencia«.
Conclusión
Nos lo dicen los autores del estudio: «Encontramos evidencia de una asociación entre la exposición a corto plazo a la temperatura ambiente, la PM2,5 (partículas en suspensión de menos de 2,5 micras) y la exacerbación de los trastornos psiquiátricos en los niños, como lo indican los aumentos en las visitas psiquiátricas de urgencias. Estos hallazgos deben confirmarse en otras poblaciones, pero respaldan firmemente la necesidad de realizar más investigaciones sobre la posible influencia de la contaminación del aire ambiental en la salud mental de niños y adolescentes«.
Está claro que para evitar estos problemas hay que buscar soluciones a la contaminación. No podemos seguir viviendo en un mundo sin control. Es necesario tomar medidas de inmediato.
