Después de echarle un vistazo a las fotografías que acompañan el artículo en HyperVocal (publicado hace cerca de dos años), un escalofrío me sacudió el espinazo. Me imagino de pie sobre el cristal que sirve de tapadera al hueco del ascensor, afeitándome ante el lavabo o sentado en el retrete. Las fotografías (aquí os mostramos sólo una) corresponden a un pequeño cuarto de baño construido en un ático de lujo en Guadalajara, México. El padre del invento es el arquitecto Hernández Silva. Aprovechó un espacio muerto que quedó tras no montar el segundo ascensor en un edificio de 15 pisos. ¿Te imaginas la impresión que se llevarán los inquilinos de la vivienda al mirar hacia abajo?
Materiales simples
Está construido con materiales simples, según el arquitecto. Espero que su simpleza vaya acompañada de enorme resistencia a los impactos. ¿Qué pasaría si se nos cayese la maquinilla de afeitar eléctrica al suelo? ¡Buuuf! ¡Que susto! Habla, el señor Hernández, de que era una pena desperdiciar el espacio (el hueco), que había que sacarle partido, y lo mejor, por lo que se deduce, era un pequeño aseo.
Diseño fuera de lo común
El edificio, de estilo colonial mexicano, fue construido en los años 70. El nuevo diseño rompe todos los estándares, eso es indiscutible. Trata de aprovechar los espacios para hacerlo más funcional. Nadie lo puede discutir, pero está claro que en ocasiones es preferible renunciar a un espacio muerto que jugar con el riesgo.