Las matemáticas y la literatura nunca estuvieron reñidas, ¿o sí? Opino que no, aunque no es muy frecuente encontrar a grandes poetas que dominen las matemáticas, ni a grandes matemáticos que sean capaces de componer poemas. Pero está claro que hay casos en que el principio anterior no se cumple siempre, una prueba la tenemos en el problema que os proponemos. Para resolverlo hay que recitar el poema y, claro está, interpretarlo. ¿Te animas?
Un bosquecillo habéis de plantar, mi señor,
si queréis demostrar que soy vuestro amor.
Esta arboleda, aunque pequeña, ha de estar compuesta
por veinticinco arbolitos en doce filas bien dispuestas,
y en cada fila cinco árboles plantaréis
o mi lindo rostro nunca más veréis.