La historia es espeluznante. Parece de ciencia ficción, pero no, es una muestra de la realidad pura y dura, consecuencia de la sociedad en la que vivimos y fruto de la inconsciencia de los pocos años y de la irresponsabilidad de ciertos individuos. Ocurrió en China. Un joven de 17 años llegó feliz a su casa con un iPad 2 y un teléfono móvil. Los había comprado con los 3.000 dólares que le habían pagado por uno de sus riñones.
El muchacho, después de ver un anuncio, se personó en el hospital y dejó que le extirpasen el órgano a cambio del dinero. Estuvo tres días internado. Los responsables del centro médico no quisieron proporcionar datos sobre el empresario que recibió el riñón transplantado del chico. A pesar de que el gobierno chino está arbitrando sistemas para luchar contra la venta incontrolada de órganos, por lo que se ve, no tiene mucho éxito.
Visto en The Telegraph