En los avances tecnológicos no hay límites. Desde que las máquinas, con su Inteligencia Artificial (IA) ha entrado en escena, muestran aspectos inimaginables hace no muchos años, no podemos predecir en donde están los límites. Hasta ahora las cámaras de vídeo que funcionan como aparatos de vigilancia eran y son capaces de grabar todo lo que está ocurriendo en su campo de acción, pero un nuevo experimento utilizado en China es capaz de identificar a una persona basándose en como camina. No es necesario para nada el ver el rostro, la cara, del hombre o de la mujer. La máquina solo tiene que reconocer la forma del cuerpo y el estilo de caminar para saber quien es.
Según nos cuentan en AP News ello supone un notable avance en los métodos de vigilancia. Tras el proyecto del sistema se encuentra una empresa china de nombre Watrix. Se dedica al desarrollo de aplicaciones centradas en la Inteligencia Artificial, y acaba de poner en escena una tecnología centrada en lo que se ha denominado reconocimiento de la marcha (gait recognition). Según el CEO de la compañía, Huang Yongzhen, el sistema de inteligencia artificial puede identificar a personas que se encuentran a una distancia de hasta 50 metros.
Con esta nueva tecnología no es posible engañar a la máquina. Aunque se intente caminar cojeando o poniendo los pies hacia fuera o hacia dentro, entre otras posibilidades, el sistema será capaz de identificar a la persona al llevar a cabo un completo análisis del cuerpo humano. No solo se tiene en cuenta la forma de caminar sino también otra serie de aspectos distintivos, los que personalizan a cada persona.
Tras utilizar las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia y enviadas a la máquina que utiliza el software especializado en la detección, se indicará quien es el individuo o individuos que aparecen en el vídeo. En apenas diez minutos se puede analizar un vídeo de una hora de duración.
Está claro que el sistema presenta un notable atentado contra la privacidad y que en algunos países no se podría implementar, al menos en determinados lugares. En China están funcionando en estos momentos más de 170 millones de cámaras CCTV dedicadas a la vigilancia, lo que supone una vulneración de las normas de respeto de la privacidad existentes en una gran cantidad de países.
El sistema, por lo que se desprende de lo indicado en el párrafo anterior, no se podrá implantar en España y en la mayoría de los países europeos. Habría que buscar unas normas específicas de implantación. Si no se hace así, la Inteligencia Artificial aplicada en este software no sería válida.