La alimentación siempre ha jugado y seguirá jugando un papel importante en la vida de las personas. Una nutrición buena puede contribuir a que la enfermedad de Alzheimer no progrese, quede frenada en su evolución. Son los resultados de un reciente estudio llevado a cabo en China y publicado en Frontiers in Nutrition.
En el estudio participaron un total de 266 personas. De ellas, 73 no padecían ningún problema cognitivo, 72 padecían Alzheimer en un estado inicial, y 121 tenían demencia senil. Se llevó a cabo un sistema de nutrición basado en la dieta mediterránea y en la dieta MIND.
Según los resultados del estudio, se comprobó que la dieta mediterránea, constituida por alimentos vegetales, aceite de oliva, queso, yogur, pescado, aves, vino y frutas frescas, contribuye a la reducción de los riesgos provocados por varias enfermedades.
Los bienes que produce la dieta mediterránea
La dieta mediterránea contribuye a evitar o a reducir la incidencia en la adquisición de las enfermedades siguientes: diabetes, depresión, algunos tipos de cáncer, riesgos cardíacos, y niveles altos de fragilidad en personas mayores. Además, la dieta también mejora las funciones físicas y mentales.
La dieta MIND está centrada en el refuerzo cerebral. Sobre todo cuando el cerebro envejece con el paso de los años. Incluye una serie de elementos dietéticos que forman parte de la dieta mediterránea. Los investigadores encontraron diferentes resultados según el grupo en el que se llevó a cabo.
A tener en cuenta
El descubrimiento más importante fue que la desnutrición no sólo estaba relacionada con la progresión desmesurada en la enfermedad de Alzheimer, sino que también traía consigo una gran aceleración en los daños ocasionados por el deterioro cognitivo.
Los responsables del estudio dijeron lo siguiente sobre lo que descubrieron en el mismo:
«Los resultados de este estudio mostraron que el estado nutricional de los pacientes con EA (enfermedad de Alzheimer) era peor que el de individuos cognitivamente normales de la misma edad, y el estado nutricional se deterioraba aún más con la progresión de la enfermedad«.
«Actualmente, las causas subyacentes de la desnutrición en la EA aún no se comprenden completamente. Se sugirió que los factores que afectan la ingesta de alimentos, como los trastornos del gusto, la disfunción olfativa y el apetito comprometido, fueron los principales contribuyentes a la desnutrición en la etapa temprana de la EA«.
«A medida que avanza la enfermedad, la respuesta inflamatoria crónica se intensificó gradualmente, lo que resultó en un consumo excesivo de proteínas y energía como la principal causa de desnutrición en las etapas media y tardía de la EA«.
Conclusión
Está claro que toda investigación científica requiere de diferentes pasos con el fin de llegar a resultados altamente fiables. El estudio del que hablamos ha llegado a unas conclusiones que se dirigen a la toma de unas medidas que pueden contribuir a evitar la progresión de la terrible enfermedad de Alzheimer.