La soledad aqueja a una gran cantidad de personas. Aunque vivan con otras se sienten solas. Ello trae consigo un alto riesgo para la salud física y mental, lo que puede producir un alto riesgo de mortalidad. Varios estudios han demostrado que la sabiduría, el afán por aprender, puede actuar como factor protector contra la soledad.
Jyoti Mishra, autora principal de un estudio, y directora de NEATLabs y profesora asistente en el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de UC San Diego, ha dicho lo siguiente: «Estábamos interesados en cómo la soledad y la sabiduría se relacionan con los prejuicios emocionales, es decir, cómo respondemos a diferentes emociones positivas y negativas«.
Informaciones del estudio de investigación
En el estudio participaron un total de 147 personas, con edades comprendidas entre los 15 y los 85 años. El ejercicio principal que tuvo que desenvolver cada uno consistió en determinar en que dirección apuntaba una flecha al mismo tiempo que se presentaban caras con emociones diferentes en el fondo de la muestra.
Jyoti Mishra dijo lo siguiente al respecto: «Descubrimos que cuando los rostros que expresaban ira se presentaban como distractores, ralentizaban significativamente las respuestas cognitivas simples en los individuos más solitarios. Esto significaba que los individuos más solitarios prestaban más atención a los estímulos amenazantes, como los rostros enojados«.
Añadió lo siguiente: «Para la sabiduría, por otro lado, encontramos una relación positiva significativa para la velocidad de respuesta cuando se mostraban rostros con emociones felices, específicamente los individuos que mostraban rasgos más sabios, como la empatía, tenían respuestas más rápidas en presencia de estímulos felices«.
Se efectuaron también grabaciones cerebrales basadas en electroencefalogramas (EEG). Mostraron que la parte del cerebro llamada unión temporal-parietal (TPJ) se activaba de distinta forma en los individuos sabios que en los solitarios.
Se sabe que la TPJ es fundamental para procesar el grado de capacidad de empatía y comprensión de los demás. Los investigadores también notaron una mayor actividad de los estímulos amenazantes para los individuos más solitarios en la corteza parietal superior izquierda, la zona del cerebro que actúa con mayor intensidad a la hora de asignar la atención.
La sabiduría se relacionó significativamente con una mayor actividad impulsada por las emociones felices en la ínsula izquierda del cerebro, responsable de las características sociales, como la empatía.
Conclusiones
Dilip V. Jeste, otro de los autores del estudio, y asociado principal decano del Centro de Envejecimiento Saludable y Profesor Distinguido de Psiquiatría y Neurociencias en la Facultad de Medicina de UC San Diego, dijo: «Este estudio muestra que la relación inversa entre la soledad y la sabiduría que encontramos en nuestros estudios clínicos anteriores está, al menos en parte, incrustada en la neurobiología y no es simplemente el resultado de sesgos subjetivos«.
La conclusión de Mishra es clara: «Estos hallazgos son relevantes para la salud mental y física de las personas porque nos brindan un control neurobiológico objetivo sobre cómo las personas más solas o más sabias procesan la información. Tener marcadores biológicos que podamos medir en el cerebro puede ayudarnos a desarrollar tratamientos efectivos. Quizás podamos ayudar a responder la pregunta, ¿Puedes hacer que una persona sea más sabia o menos solitaria? La respuesta podría ayudar a mitigar el riesgo de soledad«.
Fuente: UC San Diego News Center