Finales de 1979, me compro un VIC-20 de Commodore, mi primer ordenador. El uno de setiembre comencé a trabajar en el que era un nuevo destino, después de haber pasado tres años en Barcelona, exactamente en Cornellá de Llobregat, dedicado a mi profesión, la enseñanza. En mi nuevo colegio, recién inaugurado, un grupo de profesores presentamos un plan de actuación y una completa programación para ser uno de los doce centros gallegos que iban a ser parte del Proxecto Abrente, orientado a la implantación de la informática en el aula. Lo conseguimos, fuimos uno de los doce. Para meterme en cuerpo y alma en el trabajo (aprender y enseñar), me compré el ordenador. Dudé entre un Sinclair ZX Spectrum o el más pequeño de la familia Commodore. Ya sabéis cual fue mi decisión.
En la Biblioteca de Divulgación Científica Muy Interesante, exactamente en el tomo tres del Libro básico del ordenador Personal, publicado en 1986, hay una referencia a mi VIC-20. La comparto con vosotros por su singularidad, para que los que, aún no lo saben, tengan una idea de lo que ha evolucionado la informática (y la tecnología en general) en los últimos treinta y seis años.
El VIC-20 ha sido uno de los micros más vendidos en los últimos años: mas de un millón de unidades en todo el mundo según Commodore. Atrae básicamente a los que compran un ordenador por primera vez y a los entusiastas de los juegos, pues el tamaño de su RAM, 5 k, es demasiado reducido para aplicaciones serias. El VIC-20 es compatible en software con la gama PET, hoy ya obsoleta, y por ello los usuarios pueden usar gran cantidad de software creado para los primeros micros y adaptar los programas para aprovechar las posibilidades del VIC, tales como el color y los gráficos de alta resolución.
El VIC-20 consta de una única unidad de teclado en cuyo interior se alojan los chips de la CPU y la memoria. El sistema operativo y un intérprete de Basic van en ROM. Para entrada – salida cuenta con conexión a un televisor o a un monitor, ranura para cartuchos, conector para módem y puerto para joystick o palanca de rótula.
Los usuarios suelen guardar sus programas en magnetófono, aunque también se puede conectar una unidad de disco de 51/4 pulgadas.
Especificaciones técnicas
HARDWARE
CPU 6502
RAM 5k ampliables a 29
ROM. Sistema operativo e intérprete de Basic en ROM
Pantalla. 23 líneas x 22 caracteres con gráficos de bloque, 8 colores de borde, 16 colores de pantalla, 8 colores de caracteres, cartucho opcional para gráficos de alta resolución 176×158
Teclado. 66 teclas, incluyendo control de cursor y cuatro teclas programables
E/S. Interfaces para magnetófono, joystick y módem, salida para televisor VHF, conector de expansión RAM externa y cartuchos, puerto para impresora y unidad de discoSOFTWARE
Sistema operativo. Propio de Commodore en ROM.
Lenguaje. Basic en ROM
Aplicaciones. Amplia gama de juegos y software doméstico en general, algunos paquetes de gestión «de poca monta»
Recuerdo que conecté el teclado – CPU a un televisor en blanco y negro de 14 pulgadas. También me compré una lectora – grabadora de cassette especial para el VIC-20 que me permitía almacenar mis programas y documentos, eso sí, con acceso secuencial (había que dejar que el dispositivo fuese pasando la cinta hasta que llegase al lugar solicitado). Aprendí a programar en Basic. Creé mis primeras chorraditas. Fué la primera herramienta que utilicé en mi matrimonio con la informática.
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Actualización (19/09/2017): Desde hace algunos meses, y gracias a mi hijo Iago, dispongo de un VIC-20 Commodore. Lo tengo justo a mi izquierda. Además del teclado-CPU, igual al de la fotografía superior, tengo también un lector de cintas de cassette y unos cuantos cartuchos.
Interesante artículo, es alucinante comparar las especificaciones técnicas del VIC-20 con el que fue mi primer ordenador (https://userlinux.net/535_mi-primer-ordenador.html — Schneider EuroPC) aproximadamente 10 años más joven.
Gracias por tu comentario, Óscar. Los tiempos corren, mejor vuelan, pero los recuerdos permanecen. Yo también tuve un Sony MSX y un Amiga de Commodore, que un día se cargó un muy querido Manuel, entre otros muchos equipos. Como verás (veréis), tal como indico en una actualización del artículo hecha hoy mismo, vuelvo a tener un Vic-20 a mi lado.
Saludos.