La necesidad es la necesidad y, cuando el hambre aprieta, ponemos todos los medios a nuestro alcance para conseguir un poco de alimento, el que sacie nuestra ansiedad. Sin comida no hay vida, y todos queremos seguir viviendo. Ya sabemos que los tiempos están difíciles para muchos, para unos más y para otros menos, que no hay trabajo (aunque si hay esperanza), y que sin trabajo no se consigue dinero para satisfacer las más elementales necesidades. Una de ellas, tal vez la fundamental, es el lograr alimentos. Si no los conseguimos, nuestra salud se verá resentida y… ya sabemos lo que trae eso consigo.
¡Yo también quiero…!, le dice el gato al perro
En el párrafo anterior me refería a nosotros, los humanos, pero los animales también necesitan alimentarse, no pueden vivir sin comer. Ellos tienen muchas menos necesidades, pero no pueden eludir el comer, también se morirían. Nosotros somos los responsables de que la mascota o mascotas que tenemos en casa reciban las atenciones necesarias. Todos los días, dos o más veces, debemos proporcionarles la comida que necesiten.
El enano y el gigante
El gato, gatito, de la foto es un enano al lado del perro, el pastor alemán. Alguien ha colocado un suculento plato de comida, suponemos que para disfrute del perro. Pero el menino quiere también disfrutar del ágape, pero se siente incapaz de acceder al plato. El perro no está dispuesto a compartir, pero el gato no se rinde, por eso se sube al lomo de su amigo para indicarle con su particular, recuerda que no sabe hablar, ¡yo también quiero…!
El final de la historia
No conocemos el final de la historia. Cada uno puede imaginarse lo que quiera… ¿Tú que crees, le dejará algo el perro al gato? Ya hemos visto en otras ocasiones las capacidades solidarias de los animales, así que suponemos que sí, que el perro dejará comida para el gato.
He encontrado la imagen que ilustra esta publicación en Daily Picks and Flicks